Joan Quílez

«Los ciudadanos, ¿son los clientes o son los accionistas?»

¿Cuál tu actual función en tao?

En tao soy consultor de Sistemas de Información Geográfica, especializado en su aplicación al planeamiento urbanístico.

¿Aparte de sus soluciones, que crees que aporta tao a las Administraciones Públicas?

tao aporta la experiencia de más de 25 años en contacto con multitud de entidades locales dando servicio a casi todos sus ámbitos funcionales. Con esto brinda a sus clientes una visión transversal y un conocimiento de las necesidades de la administración pública que va mucho más allá de lo meramente tecnológico.

¿Qué es lo que más os demandan los clientes dentro del Área de Urbanismo?

La verdad es que el área de urbanismo, más concretamente el ámbito de la planificación, se caracteriza por un elevado grado de disparidad en las necesidades, y por tanto en las demandas, de los distintos municipios. Esto es, sin duda, consecuencia de la distribución legal de competencias en este ámbito, que se reparten entre la administración central, la autonómica y la municipal. No obstante, si hay algo que preocupa a todos los clientes casi por igual es la exactitud de la información que proporciona el Sistema de Información Urbanística que les ofrecemos. Lamentablemente, esta exactitud a menudo no depende tanto del sistema como de la información utilizada para alimentarlo, siempre preexistente al mismo. En este sentido, siempre ayudamos a nuestros clientes a superar los obstáculos derivados de la falta de exactitud inicial y a establecer los mecanismos para mejorarla en un futuro.

¿Cuáles crees que van a ser, desde tu cercanía al cliente, los principales retos de las Administraciones Públicas en nuestro país en los próximos años?

Yo creo que el principal reto de la administración local, la administración pública que conozco mejor, va a ser su transformación real de una entidad administrativa a una entidad de servicio. Aunque la función de servicio de la administración pública es consustancial a su existencia, esto no es percibido por el ciudadano. Y es que la vocación de servicio debería estar presente en todas las actuaciones de la administración, lo cual, lamentablemente, no siempre sucede aún. Además, entender la función de servicio de la administración pública no es tarea fácil. En los últimos años son comunes los enfoques organizativos que ven a los ciudadanos como los clientes de la administración pública. Pero los ciudadanos, ¿son los clientes o son los accionistas?

Otro reto importante, sin duda, es la mejora de la eficacia. Aunque todavía son pocas, algunas entidades ya están dando importantes pasos en este sentido, certificando parte de sus procesos de acuerdo a normas de calidad como la ISO9001 y, con ello, obligándose a la mejora continua. Y estoy hablando de mejoras en tecnología, pero también de mejoras en los procedimientos de trabajo, tratando cada vez de hacer cada cosa con el mínimo de pasos posibles y con la calidad necesaria.